EDUCACIÓN
CARRITOS DE FRÍO-FRÍO
Por Olga Lara
Del libro: “De vuelta a casa”
El señor del frío-frío
va pasando por mi puerta
y mi rostro se ilumina
y me acerco muy contenta
a todos esos manjares
a tan exquisita venta
con su sabor pueblerino
que al alma pone de fiesta.
“Los de limón están ricos
con un toque de frambuesa
si me das dos cheles más
te sale moña completa.
Los de piña son muy buenos
los de jagua y de cereza
y de los de tamarindo
ni muerto doy la receta”.
¿Y no tiene de naranja?
¿Qué pasó con los de fresa ?
y ese de coco tan bueno
que después de la retreta
compré el domingo pasado
y se me cayó en la acera.
Yo nunca he llorado tanto
cómo aquello me doliera.
“También, los tengo, mi niña
y de chinola y de avena
del sabor que más te guste
te lo preparo, mi reina”.
Como ve que estoy dudando
el vendedor se impacienta
y me pone mala cara
para que al fin me dé cuenta
de que lo estoy dilatando
que ya está bueno de chercha
y que me decida pronto
por el guayao que sea.
“Resuelve ya muchachita
y no le des tantas vueltas
no me hagas perder más tiempo
se impacienta mi clientela
los que salen del Colegio
los del parque y la gallera
los de El Prado y La Cuchilla
los alumnos de la escuela.
Ellos me están esperando
aunque a veces no lo crea.
A papá Dios le doy gracias
que tanta suerte yo tenga.
Como a mi me gustan todos
démelo …¡del que prefiera!
Es que son tan exquisitos
que puede ser de cualquiera.
Y con mi yun-yun me alejo
saboreando esa belleza
y no quiero que se acabe
que sea eterno yo quisiera.
P.S.
Bendigo ese hermoso tiempo
y el vivir esa experiencia
de comprar los frío -frío
de aquellos años sesenta.
Y me olvidé de decirles…
¡Que eran ricos los de menta!