INTERNACIONALES
Donald Trump, el presidente incendiario que lo quemó todo antes de irse
La ausencia de Trump en la investidura de Biden -el primer presidente saliente en 152 años que no asiste a la toma de posesión de su sucesor- reflejó el creciente aislamiento que ha vivido desde la insurrección de sus seguidores el 6 de enero, por la que el Senado está a punto de someterle a un segundo juicio político.
Washington, 20 ene (Lucía Leal).- Donald Trump prendió fuego al mundo político de Estados Unidos en 2016 y nunca apartó la vista de esas llamas, que salpicaron de escándalos sus cuatro años en el poder y dejaron el último estallido para el final, con un asalto al Capitolio de sus seguidores que manchará para siempre su legado.
Trump entró este miércoles en el club de los expresidentes de EE.UU. con casi todos los puentes quemados: ni su vicepresidente ni los líderes republicanos del Congreso, que tan fieles le habían sido hasta hace dos semanas, asistieron a su pomposa ceremonia de despedida en la base aérea de Andrews, a las afueras de Washington.
“Adiós, les queremos, volveremos de alguna forma”, dijo Trump a sus seguidores, que acudieron a esa base aérea para verle volar a Florida, donde pasó los últimos minutos de su Presidencia.
EL FINAL EXPLOSIVO DE UNA PRESIDENCIA INÉDITA
La ausencia de Trump en la investidura de Biden -el primer presidente saliente en 152 años que no asiste a la toma de posesión de su sucesor- reflejó el creciente aislamiento que ha vivido desde la insurrección de sus seguidores el 6 de enero, por la que el Senado está a punto de someterle a un segundo juicio político.
Fue un final explosivo para el extraordinario mandato de Trump, que ha dividido el país y al mundo como quizás ningún otro mandatario estadounidense y ha profundizado unas fracturas políticas y sociales que seguirán abiertas durante mucho tiempo.
Guiado toda su vida por una fuerte necesidad de aprobación, el mandatario se dejó la piel en decenas de mítines durante una larga e intensa campaña, pero no logró revivir las opciones que tenía a principios de este año, cuando confiaba en una holgada reelección gracias al buen desempeño de la economía.
Desgastado por la cifra astronómica de muertes por la covid-19, la peor crisis económica del país desde la Gran Depresión y un movimiento popular contra el racismo, Trump se convirtió tras las elecciones de noviembre en el undécimo presidente de un solo mandato de la historia de EE.UU., algo que no ocurría desde la derrota de George H. W. Bush en 1992.
Sin embargo, se negó a aceptar el resultado de los comicios, y lanzó un desafío sin precedentes al proceso de transición que culminó en un episodio de violencia que ya es emblemático de su periodo en el poder.