¡Asesinos!, le gritaron los amigos y familiares de la pareja cristiana acribillada por seis agentes de la Policía Nacional cuando fueron sacados del Palacio de Justicia de Villa Altagracia donde hoy, por motivo de una recusación a la jueza, no fue posible que se le impusiera una medida coercitiva por su implicación en el hecho que llevó el luto a dos familias e indignó a la comunidad cristiana.
En las afueras del palacio judicial también estaba un número mayor de personas que se solidarizaron con los agentes apresados y cancelados por participar en el operativo. Estos demandaron una justicia justa y cumpliendo el debido proceso.
Ambos bandos divididos por un contingente policial en procura de evitar posibles enfrentamientos portaban pancartas que contenían mensajes alusivos del por qué de su manifestación.
«Policía Nacional no me mates, soy cristiano», decía la parte de atrás de los t-shirts utilizados por los familiares y amigos de la pareja cristiana.
«No mataron una cualquiera, mataron mi hija, un regalo de Dios, fue una sierva de Jesucristo que mataron, no se va a quedar así», dijo indignado Marino Antonio Muñoz, padre de Eliza, tras el aplazamiento de la audiencia.