NACIONALES
La persecución contra el general Olivence Minaya


El pasado martes 5 de marzo, arribó a la ciudad de la Vega, el general Orison Olivence Minaya y en lo inmediato hizo uso de su dinámica de trabajo contra motoristas, narcotraficantes y delincuentes que habían convertido a esa ciudad en una ciudad invivible.
La reacción del Poder Delincuencial no se dejó esperar, creando las condiciones en la Jefatura de la Policía y en el propio Palacio Nacional, para que hoy el general Olivence Minaya fuera destituido, al ser responsabilizado de los últimos hechos de violencia en la llamada Ciudad Olímpica.
A distancia y desconociendo cómo sucedieron los hechos en los cuales cayeron muertos 4 presuntos delincuentes, contra quien fuera Director Regional Nordeste de la Policía, con asiento en esta ciudad, hay una activa persecución policial, cuyos actores a nuestro juicio actúan por “envidia profesional”.
El mayor pecado del general Orison Olivence Minaya, es ser un profesional de carreras, un mediador por excelencia ante los sectores populares y una persona que no baraja responsabilidades contra la delincuencia y el respeto a los Derechos Humanos.
Creemos que un oficial con esas y otras condiciones humanas, en los momentos actuales no tendrá espacio en la Jefatura del Mayor General Ramón Antonio Guzmàn Peralta y su equipo de asesores.
De cara al sol y ante la realidad que viven las instituciones del orden público, esperamos no estar equivocados.