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¿Por qué Octubre es el mes del Cooperativismo Dominicano?
Por: Yanio Concepcion
Durante el mes de octubre de cada año, en República Dominicana festejamos el mes del cooperativismo. El 1° de octubre del 1946 nace la primera cooperativa en nuestro país y luego por el surgimiento del IDECOOP en octubre del 1963, mediante la ley que lo crea que es la No. 31-63.
Obviamente, gracias a las hazañas y promoción de la formación de organizaciones cooperativas esparcidas por todo el país, cuya tarea fue realizada por los afanosos y bienaventurados sacerdotes de la Misión Sociedad de los Scarboro, provenientes de Canadá. Cabe citar entre estos filántropos a los sacerdotes Alfonso Chafe, Santiago Walsh y el Padre John Harvey Steele (Padre Pablo), este último rebelde, querido y viejo visionario, quién luchó de forma denodada por la justicia social, a partir de su llegada a nuestro país una tarde, en la víspera de la navidad, el 23 diciembre del 1946, por Ciudad Trujillo, como obligaban a denominarle entonces a Santo Domingo, en un pequeño barco de vapor. Vino con un claro objetivo: organizar a la gente más humilde en cooperativas.
Para aquel entonces, el Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo lo era el salesiano Monseñor Ricardo Pittini, que había llegado al país en el año 1935, y es quien motiva la introducción del cooperativismo a Rep. Dominicana, para lo cual solicita el apoyo técnico a la misión de los Scarboro, a fin de conformar organizaciones cooperativas.
En los albores del año 1946, inicia la promoción del cooperativismo, como forma de enfrentar la pobreza vía estas organizaciones de la economía solidaria, enseñando a los jóvenes, a los trabajadores, empleados, a las amas de casa y a los emprendedores, la extraordinaria forma de emanciparse de la pobreza, a través de las cooperativas. Amparado en los principios y valores de la filosofía cooperativista, todo esto en plena era de la dictadura encabezada por el tirano Rafael Leónidas Trujillo, lo cual le ocasionaba molestias al régimen, y a la vez asedio y acoso a los sacerdotes promotores de la organización y desarrollo de asociaciones cooperativas.
Describe el Padre John Harvey Steele (Padre Pablo), en su travesía desde el año 1946 al 1949: “Yo fui a la República Dominicana con el mismo fin de propagar los métodos e ideales de Antigonish, y en menos de diez años teníamos operando casi 85 cooperativas de ahorros y una 25 cooperativas con otras funciones. Durante esos años en la República Dominicana, traje unas 35 personas de otros países latinoamericanos, para enseñarles el método de Antigonish, y muchos de ellos regresaron a casa a empezar el movimiento en sus respectivo países”. Tomado de la obra de John Harvey Steele (Padre Pablo) titulada Viejo Rebelde Querido: La Lucha de un Sacerdote por la Justicia Social.
Refiere el Padre Pablo Steele: “Casi todas las primeras cooperativas de ahorros en Latinoamérica nacieron del trabajo de sacerdotes católicos que estudiaron en Antigonish, Canadá, Puerto Rico o la República Dominicana”.
Hablar de democracia durante la tiranía de Trujillo le costó al Padre Pablo Steele la persecución y expulsión del país, orden dada de forma directa por el dictador en el año 1959, al tiempo de prohibir su entrada a Rep. Dominicana.
Porque hablar de democracia era vital para las cooperativas; y la mayoría de la población dominicana no tenía ni la más mínima idea acerca de eso, refiere Padre Steele; entonces ¿Cómo podían?, puesto que habían estado viviendo bajo dictadura durante siglos. Y cierto día hablando en la Cámara de Comercio de La Vega, a mediados del año 1950, una pequeña ciudad de alrededor de 25,000 habitantes para entonces, uno de los comerciantes en la asistencia dijo: “Si eso funciona, usted va acaparar el país”. Señaló que aun en los países con movimientos cooperativos muy desarrollados eso no había sucedido.
Muchos le aconsejaban que abandonara el país, narra el mismo padre Pablo, porque “Trujillo lo va a agarrar de una manera u otra”, dijeron. “usted es demasiado popular, demasiado exitoso”.
El padre Pablo estaba consciente del rol que asumía con la organización de las cooperativas en plena dictadura: “le seguían espías a todas partes, sabía que dado el autocrático y arbitrario tipo de gobierno, estaba constantemente corriendo el riesgo de un choque con la más alta autoridad.”
Desde entonces el establecimiento de cooperativas olía a peligro, especialmente por la nueva mentalidad de los campesinos y marginados.
Para el 1° de octubre del 1946, empieza el surgimiento de la primera cooperativa de la época, con la fundación de la Cooperativa de Manoguayabo. Es el primera del país con un aporte de ochenta centavos ($0.80) ahorrados a $0.20 centavos de pesos por cada socio. Luego extiende las reuniones a la Parroquia de Boya, transcurrían para entonces los meses de agosto y noviembre de 1946, y ese mismo año funda la Cooperativa San Juan Bosco, en el sector del mismo nombre en la ciudad de Santo Domingo.
De manos del Padre Pablo Steele, el 1°de agosto del año 1949, con la asistencia de 25 delegados representantes de 8 cooperativas de ahorros y créditos, surge la Federación Dominicana de Cooperativas (FEDOCOOP).
Esto por estos acontecimientos primigenios que dedicamos el mes de octubre en la República Dominicana, al mes del cooperativismo. Siendo considerado el padre John Harvey Steele (Padre Pablo), como el Padre del Cooperativismo Dominicano. La historia no se detiene y la evolución organizacional, los resultados de la semilla inicial que plantara aquel soñador, nos indican que el cooperativismo continúa hoy más que nunca como una de las alternativas de desarrollo sostenible más viables.
Se recuerda que también el 25 de octubre del 1963 se crea el Instituto de Desarrollo y Crédito (IDECOOP), mediante la Ley No. 31-63 y en el mes de enero la Ley No. 127 del 1964 la cual regula las actividades de las cooperativas.
Por tantas huellas dejadas en el país la misión de los Scarboro, se le considera al padre Pablo Steele, como el Padre del Cooperativismo Dominicano, como le bautizara Miguel McAteer, The Toronto Star: “…El hombre que la gente llama el Padre del movimiento cooperativo en Latinoamérica, no es ciertamente una violeta marchita cuando se trata de luchar por el oprimido”