OPINIÓN
La construcción de un hogar en La Penda y el resplandor de la solidaridad, el compromiso y el amor
Por Lincoln Minaya
Tenares provincia Hermanas Mirabal.– El comité pro construcción de la casa a la familia de la Penda, Blanco Arriba que perdió todo en un incendio hace unos cuatro meses ha hecho un gran esfuerzo para que la obra se pueda entregar en enero y la familia compuesta por la pareja y cuatro hijos puedan vivir dignamente.
Los miembros del comité compuesto por Minerva Herrera, Francisco Valentín (Chanchy), Dinardy Aybar, Pedro María, Tony Jerez, Ramón López, Lincoln Minaya, Diasneli Paulino, Rene Javier, Edilio Castillo y Carlos Antigua, quienes hemos trabajado incansablemente en los últimos cuatro meses para con se pueda hacer este sueño realidad.
La casa ha avanzado considerablemente, desde los cimientos hasta el techo. Sin embargo, el comité se encuentra en la recta final y necesita el apoyo de la comunidad para completar detalles cruciales como el pañete, el piso, las puertas y las ventanas.
En un emotivo esfuerzo comunitario, ayer realizamos un peaje en la recta de El Placer, donde agradecemos a motociclistas y vehículos de todo tipo que se detuvieron para contribuir a esta noble causa. Al final del peaje, vivimos un momento inolvidable que iluminó la máxima dimensión de la solidaridad, compromiso, pasión y el amor.
Un anciano de más de ochenta años, transportando una carreta llena de botellas vacías, nos mostró un ejemplo impresionante de esfuerzo y tenacidad. Al expresar mi preocupación por su arduo trabajo, Minerva Herrera, tesorera del comité, respondió con sabiduría: «Papá Lincoln, el día que deje de trabajar se muere». Este momento reflexivo nos lleva a considerar la falta de apoyo gubernamental y social hacia nuestros adultos mayores.
Más tarde, mientras trabajábamos en el peaje, observamos a ese mismo anciano recogiendo botellas en un vertedero cercano. Al regresar, humilde y cansado, le entregó a Minerva una moneda de cinco pesos. Este gesto, capturado por mi cámara, marcó el punto culminante de desprendimiento, solidaridad y la esencia de ser un buen cristiano lleno de amor y respeto al prójimo. Ojalá todos los miembros del comité hubieran sido testigos de esta muestra de amor.
Con esta conmovedora historia, culmino mi último artículo del año 2023, deseando que la luz de Dios ilumine la República Dominicana y que esta narrativa inspire a más comunidades a unirse en actos de amor y compasión.
La foto de portada refleja el justo momento cuando el anciano entrega la moneda de cinco pesos a Minerva Herrera