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OPINIÓN

La ratificación del magistrado Román Andres Jaquez Liranzo debe ser un premio a lo bien hecho

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Por Lincoln Minaya

Tenarenses064@gmail.com

El magistrado Román Andrés Jáquez Liranzo ha demostrado, a lo largo de su gestión como presidente de la Junta Central Electoral (JCE) de la República Dominicana, un ejercicio ejemplar y probo que merece ser ratificado en su cargo. Su liderazgo no solo se ha distinguido por una excelente relación y manejo con los diferentes partidos políticos, sino también por su compromiso con la inclusión y representatividad de todas las fuerzas políticas del país.

Bajo su dirección, la JCE se ha convertido en un verdadero espacio de apertura, diálogo y credibilidad, donde todas las voces, sin importar la afiliación partidaria, se han sentido representadas. En la historia reciente de la República Dominicana, no se había visto un presidente de la JCE que se manejara con tanta destreza gerencial, promoviendo la participación democrática y garantizando la transparencia en el proceso electoral.

Una de las grandes virtudes de Jáquez Liranzo ha sido su capacidad para mantenerse alejado de las influencias políticas, algo que no siempre ha sido común en anteriores administraciones de la JCE. Figuras como Roberto Rosario y Eddy Olivares, hoy destacados dirigentes de la Fuerza del Pueblo y el PRM evidencian cómo en el pasado la JCE estuvo contaminada por intereses partidarios. Sin embargo, Jáquez Liranzo ha sabido marcar la diferencia al mantener la neutralidad e independencia institucional en su gestión.

La organización de las pasadas elecciones, incluyendo las primarias de los partidos, las municipales, congresuales y presidenciales, es otro claro ejemplo del éxito de su liderazgo. Bajo su dirección, se ha logrado un nivel de organización y transparencia sin precedentes, algo que ha sido ampliamente reconocido tanto a nivel nacional como internacional. Este logro no es casualidad, sino el resultado de una firme dirección comprometida con hacer las cosas bien.

Además de su habilidad como gerente y juez, Román Andrés Jáquez Liranzo ha sido un férreo defensor de la equidad y la justicia en el ámbito político. Ha alzado la voz en contra de la violencia política hacia las mujeres y ha sido un crítico de las campañas negativas que enturbian el proceso democrático. Siempre dispuesto a escuchar y a mediar, su liderazgo ha sido crucial para mantener la estabilidad política y electoral del país.

Ante este panorama, la comisión del Senado que tiene la responsabilidad de evaluar a los aspirantes para formar parte de la JCE enfrenta una gran responsabilidad: premiar lo bien hecho. Ratificar a Román Andrés Jáquez Liranzo en su cargo no solo sería un reconocimiento a su excelente gestión, sino también un paso firme hacia la consolidación de una JCE imparcial, eficiente y democrática.

Román Andrés Jáquez Liranzo ha demostrado ser un presidente a la altura de los desafíos que enfrenta la democracia dominicana. Su gestión intachable, su capacidad de liderazgo y su compromiso con la transparencia y la inclusión lo convierten en el candidato ideal para continuar al frente de la Junta Central Electoral.

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