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La renuncia de Charlene Canaán
Por: Rafael Santos
Mucho ha sido lo que en las últimas horas se ha dicho sobre la renuncia de la diputada Charlene Canaan de Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y a mí a la verdad no me sorprendió. Pues el tortuoso camino por el que tuvo que transitar es altamente conocido por muchos.
Ella tuvo que soportar muchas humillaciones de personas que antes eran consideradas leales a su finado padre, Charles, y que luego vieron en ella a la » muchachita indefensa» olvidando que esta tenías cualidades múltiples para junto a un equipo que nunca la abandonó, pelear lo que por legitimidad moral y política le correspondía: ser la heredera de una candidatura que su padre había ganado con sus propios recursos.
Durante el proceso de campaña salieron a relucir información oficiosa de cartas que ciertos dirigentes y autoridades de entonces les enviaran a sus acólitos, en donde es altamente conocida las líneas a seguir para que esta no llegara a ganar.
También fue notoria las innumerables bajeza que se cometieron en su contra, en donde bajo el padrinazgo de consanguíneos se tejieron planes que por momentos hasta hizo dudar al más abyecto de sus seguidores de si esta ganaba o no.
Más que una guerra contra Charlene, era una lucha contra el espíritu de Charles, a quien nunca, esos malvados les perdonaron la ascendente popularidad y aceptación en una sociedad que no solo lo comenzaba a ver como diputado sino como algo más, y eso, irremediablemente dolía en las entrañas mismas de quienes les sonreían por delante, pero por la espalda buscaban continuar clavándole el puñal de la traición, tal y como lo hacían con su hija.
Pero repetimos como hombre de fe, ALLA ARRIBA HAY UN DIOS QUE TODO LO VE….y ese mismo Dios escuchó el clamor de esta sociedad, y hoy, Charlenes inicia una nueva era en la política y el desarrollo de la provincia Hermanas Mirabal, junto al senador Bauta Rojas y su colega del PRM, Félix Hiciano, para junto a su nuevo partido la Fuerza del Pueblo trabajar por el bienestar de sus gentes, mientras que otros, terminan sus periodos con un muy baja popularidad que los coloca en el mismo trayecto del desprecio y el rechazo social.