LOCALES
Medios de comunicación, prácticas excluyentes y derechos humanos
Bladimir Ramos
Los medios de comunicación tienen un impacto directo en las informaciones que maneja una determina población, esas informaciones, casi siempre están permeadas de unos matices de intereses políticos y empresariales, por lo que se entiende con esto, que dichas informaciones, están influidas por una elite que solo presenta, lo que les interesa.
Este manejo de los medios de comunicación, sin lugar a dudas, afecta la democracia de los países, ya que como es de público conocimiento, debido a esas manipulaciones de las grandes empresas televisivas y radiales, la libertad de prensa y expresión se ven afectadas. Esa afectación se da de manera silenciada, ya que detrás de esta actividad existen grandes negociaciones por parte de los empresarios televisivos y radiales con funcionarios del gobierno y magnates extremadamente adinerados, casi siempre del sector privado.
¿Cuáles consecuencias trae esta práctica? Trae como consecuencia el manejo de una publicidad excluyente, ya que no se le da espacio a la masa, para que reciban la información de manera clara y precisa y fuera de la acostumbra distorsión con que es manejada, es decir, si el Ministerio de Educación, le paga una suma de dinero mensual a un periodista, para que este se encargue de presentar los logros del ministerio, difícilmente, este periodista, cuando ocurra una falla en el Ministerio de Educación, lo presente, corroborando de esa manera con la corrupción y la deslealtad social.
Los medios de comunicación, están diseñados para comercializar, vender figuras y al hacer esto, por la manipulación se limitan a solo resaltar la parte positiva que acontece en un determinado ámbito social, lo que va en deterioro del lenguaje incluyente y la misma práctica incluyente, porque en esas prácticas, la gran mayoría de la población es excluida de sus actividades participativas.
Cuando la televisión, trabaja para difundir el modus vivendi de los millonarios, corrobora con la cultura materialista e individualista que nos está arropando, y con ello, se excluyen las personas que no pueden alcanzar el grado de desarrollo material que los adinerados sí pueden, lo que motiva a muchos a perseguir la riqueza y a olvidarse de la parte humana, y quienes fallan en el intento, se manifiestan con represalias ante la sociedad, tomando un camino no recomendable.
Dice Juan RIAL en su ensayo, PERCEPCIÓN SOBRE LAS INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN “La información obtenida por la población por la vía de los medios de comunicación masivos, en primer lugar por la televisión, en segundo término por la radio y por último por la prensa, es lo que permite «organizar la agenda de conocimiento ciudadano”
Esto es muy cierto, por ejemplo, en República Dominicana ocurre que en las elecciones presidenciales, el partido que más propagandas y comerciales tiene es el de turno, utilizando los recursos del Estado para trabajar una percepción de triunfo en los ciudadanos, y además para evitar, que el partido opositor tenga la oportunidad de destacar los deslices del gobierno de turno. De esa manera, “los dueños del país” organizan la agenda de conocimiento ciudadano, marcado por falacias y manipulaciones baratas, que el pueblo, en su gran porcentaje, por una dejadez del Estado, ignora.
Quiero citar, unos párrafos del material, Si digo educar para los Derechos Humanos “Es pertinente recordar al respecto aquella frase de Engels (que ya es casi un refrán popular) de que “no se piensa lo mismo desde una choza que desde un palacio”.
Tan simple afirmación constituye, sin lugar, una de las conquistas más profundas Citando a Ludwing Fuerbach en “Contra el dualismo del cuerpo y del alma” Werke II, Leipzig 1846, p. 363. El Ludwig Fuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana importantes del pensamiento contemporáneo. Lo que está afirmando Engels con su “perogrullada” es que, aunque la verdad sea absoluta, no lo es nuestro acceso a ella. Es decir, que aunque sea posible para la persona un cierto acceso real a la verdad, ese acceso nunca será “neutro” e incondicionado.
Nosotros deberíamos completar el “efecto” de la afirmación de Engels diciendo que “no se siente (se ve o se experimenta) la realidad lo mismo desde una choza que desde un palacio”. Esto es de capital importancia para educar en los derechos humanos. Aun suponiendo la mejor intención, la mejor voluntad y los mejores talentos intelectuales, hay lugares desde los que, simplemente no se ve, no se siente la realidad que nos abre a los derechos humanos, al amor y a la solidaridad. Porque nadie puede pretender mirar o sentir los problemas humanos, la violación de los derechos y de la dignidad humana, el dolor y el sufrimiento de los otros, desde una posición “neutra”, absoluta, inmutable, cuya óptica garantizaría total imparcialidad y objetividad.
Entonces hay lugares, posiciones personales, desde los que simplemente no se puede educar en derechos humanos. La cosa es así de simple, y así de grave caer en la cuenta de ello y sacar las consecuencias. ¿Dónde estoy parado, dónde están mis pies en mi quehacer educativo? Porque la cuestión es saber si estoy ubicado en el “lugar educativo” correcto para mi tarea. El lugar educativo es tan o más decisivo para la tarea que la calidad de los contenidos (derechos humanos, valores, etc.) que quiero comunicar o contagiar.”
Esto es muy cierto, cuando alguien no ha vivido en carne y hueso lo que es padecer hambre, no se conmueve de quien la pase, pero no solo eso, las personas de alta jerarquía, saben bien que reclamar por los Derechos Humanos, implica afectar sus intereses, por lo que se limitan a vivir una vida individualista y egoísta. Por esto, sugiero para concluir las siguientes ideas, que se debe comunicar o contagiar en las personas una vida en y para los Derechos Humanos, para que de esa forma la vida sea cada día más incluyente y no tan solo en el lenguaje, sino también en la vida práctica.
Hay que continuar concienciando, a través del ejemplo y con la palabra, organizar grandes charlas en miras a desarrollar una postura crítica y reflexiva frente a toda practica excluyente, desarrollar talleres conforme a lo establecido en los pactos y tratados que se han hecho para salvaguardar y defender los Derechos Humanos, hacer uso de la tecnología, escribiendo en bloggers, y páginas electrónicas, utilizar los medios sociales como twitter, facebook y otros para denunciar y hacer que las personas entiendan que muchas veces son engañados por los periodistas bajo una influencia de un poder cualquiera. Esto es un reto, pero el hecho de pretender ser un sujeto de derechos implica un gran desafío. Repito, valgámonos de las redes sociales, que hasta ahora podemos manejar sin manipulaciones terciarias.
El autor es licenciado en Filosofía y Letras, escritor y gestor cultural.
Correo: Bladimirrb9@gmail.com